lunes, mayo 02, 2005

Conócete a ti mismo

Acabo de ver un documental de REDES (el especial del programa 300) que me he bajado con el Emule y me han entrado ganas de hablaros de algo. Este programa rara vez aporta respuestas definitivas a las diversas preguntas que trata, pero sí sugiere muchas cosas que alimentan la imaginación y las ganas de pensar sobre cosas.

En este documental en concreto se abordaba el tema de "Los orígenes": El origen del universo, el de la vida y el de la mente. Sobre el origen del universo, la conclusión parece ser que ni sabemos qué ocurrió ni podremos saberlo seguramente jamás, porque no podemos reproducirlo en un laboratorio. El origen de la vida sí parece un poco más fácil de explorar, dicen, porque llevamos camino de poder reproducirlo. (Hace más de 50 años que Stanley Miller consiguió crear aminoácidos en un laboratorio, recreando las condiciones primigenias en la Tierra, aunque desde este experimento no se ha avanzado mucho: no se ha conseguido pasar del aminoácido a la célula...)

Pero lo que más me ha movido a escribiros estas líneas ha sido el tema del origen de la mente. En este punto, Eduard Punset, el presentador y director de REDES, manifestaba desasosiego y algo así como ansiedad, cuando el científico que entrevistaba y él llegaron a la conclusión de que no nos es posible "conocer las cosas en sí mismas", porque todo lo conocemos a través de la mente. La mente sería a la vez nuestro medio de conocimiento y un filtro de la realidad...

Ya lo hemos dicho y oído muchas veces, no es nada nuevo. Cuando se trata de comprender la mente misma, se produce un "círculo epistemológico" (así lo han llamado ellos, pero llamadlo como mejor os parezca), que es esa idea a la que hacía referencia Félix un día en clase, y que parecía dejarlo paralizado: la mente conociéndose a sí misma. Decía Félix que el conocimiento pleno de la mente sería imposible, porque no es posible que algo se contenga a sí mismo. En este programa de REDES, decían que este mismo círculo epistemológico se produce en el conocimiento de otras cosas, como el átomo, por ejemplo: átomos que se organizan para formar un cerebro que estudia el átomo... ("El físico es el instrumento de los átomos para conocer el átomo.")

El problema, la trampa, la falacia escondida, que yo veo en estos planteamientos de circularidad paralizante, es que se basan en una concepción del conocimiento que no es la de nuestro tiempo. Si vosotros mismos os preguntáis qué es conocer, creo que enseguida os daréis cuenta de lo quiero deciros. Conocer algo no significa reproducir ese algo, ni tampoco reflejarlo con absoluta fidelidad. Conocer es una actividad creativa. Conocer significa crear modelos, explicaciones, historias, sobre las cosas, procurando que esos modelos se ajusten al máximo a nuestras percepciones de las cosas. Si me permitís una metáfora traída de los pelos, conocer no es "sacar fotos" sino más bien "pintar al óleo". O, si os gusta más, conocer un tomate no es crear un clon de ese tomate en mi cerebro, sino decir una serie de cosas sobre ese tomate (es rojo, muy jugoso, ideal para las ensaladas, tiene muchas vitaminas...). Por eso, conocer la mente no es esencialmente diferente a conocer un tomate, sólo que en este caso el objeto a conocer es MUY complejo, y además queremos conocerlo con muchísimo detalle. Si un día llegamos a un nivel de conocimiento satisfactorio sobre la mente, esto no significará que haya por ahí un cerebro que se contenga a sí mismo, ni mucho menos. Sólo habrá un número X de cerebros que -hasta cierto punto- compartan una descripción de un objeto natural que es el cerebro humano.

Y, como sabéis, yo no estoy diciendo nada nuevo sobre la naturaleza del conocimiento. Me dedico a repetir lo que he oído o leído de otros... Aunque no recuerde de quiénes. No es más que el modo de entender el conocimiento en el mundo (científico) occidental actual. (Digo "científico", porque es verdad que fuera de este ámbito la mayor parte de la gente cree que en la universidad descubrimos cómo son las cosas... No saben, y preferirían no saber, que todo lo que tenemos son un montón de ideas más o menos trabadas sobre esas cosas... No sólo nosotros -lingüistas, logófilos, gente de "letras"-, también el médico que opera en el quirófano, por supuesto.)

Os decía que lo que me ha incitado a escribiros esto han sido las palabras de Eduard Punset <>, acompañadas de gestos de resignación, decepción, etc. Lo que yo personalmente respondo a esto (y estoy muy sorprendido de que haga falta decirlo todavía) es que por supuesto que podemos "conocer" las cosas, entendiendo por "conocer" lo que os he dicho antes, que es lo que siempre ha sido el conocimiento. Conocer siempre ha sido una creación de descripciones, aunque no hayamos sido siempre conscientes de esto. No es que no podamos conocer las cosas en sí mismas, es que conocerlas no significa poseer esas cosas en nuestras mentes... Conocer no es que lo conocido penetre en nosotros... Conocer es algo mucho más higiénico.

christian

1 comentario:

Eduardo dijo...

Muy interesante lo que comentas.

Me encantaría poder profundizar sobre ello ahora, pero es tarde, estoy cansado, mañana trabajo (en Sg) y tadavía quería terminar unas cosas. Prometo respuesta con algo que ya he insinuado en clase...

Eduardo